Ignaz Phillip Semmelweis
Médico de obstétricia nació en Buda (Hungría) en 1818 y ejerció en un hospital de Viena.
El buen doctor observó que las parturientas atendidas por médicos y estudiantes tenían una tasa de mortalidad 10 veces superior a las que eran atendidas por parteras de toda la vida. La mayoría de las muertes se debían a una infección llamada fiebre puerperal o septis neonatal. Nadie sabia el motivo pero gracias a sus dotes de observación fue capaz de atar cabos y llegó a la conclusión de que los médicos transportaban gérmenes de cadáveres en sus manos, puesto que realizaban autopsias con el fin de investigar y después atendían a los enfermos sin lavarse las manos. En el caso de las parturientas se producían heridas y hemorragias y por esta vía eran susceptibles de contagiarse. Las parteras por otra parte se dedicaban en exclusiva a traer niños al mundo y la mayoría tenían la buena costumbre de lavarse las manos. Pese a lo obvio que parece esto hoy en día (todos tenemos la imagen del medico arremangándose y lavándose las manos antes de pasar a la acción) lo cierto es que Ignaz Semmelweis fue ignorado y marginado por sus colegas médicos y pasaron muchos años hasta que se aceptó su teoría. Murió joven en un manicomio de Viena, pese a ello logró salvar muchas vidas y librar de la orfandad a muchos neonatos.
Médico de obstétricia nació en Buda (Hungría) en 1818 y ejerció en un hospital de Viena.
El buen doctor observó que las parturientas atendidas por médicos y estudiantes tenían una tasa de mortalidad 10 veces superior a las que eran atendidas por parteras de toda la vida. La mayoría de las muertes se debían a una infección llamada fiebre puerperal o septis neonatal. Nadie sabia el motivo pero gracias a sus dotes de observación fue capaz de atar cabos y llegó a la conclusión de que los médicos transportaban gérmenes de cadáveres en sus manos, puesto que realizaban autopsias con el fin de investigar y después atendían a los enfermos sin lavarse las manos. En el caso de las parturientas se producían heridas y hemorragias y por esta vía eran susceptibles de contagiarse. Las parteras por otra parte se dedicaban en exclusiva a traer niños al mundo y la mayoría tenían la buena costumbre de lavarse las manos. Pese a lo obvio que parece esto hoy en día (todos tenemos la imagen del medico arremangándose y lavándose las manos antes de pasar a la acción) lo cierto es que Ignaz Semmelweis fue ignorado y marginado por sus colegas médicos y pasaron muchos años hasta que se aceptó su teoría. Murió joven en un manicomio de Viena, pese a ello logró salvar muchas vidas y librar de la orfandad a muchos neonatos.
Palabro: Coda: periododo adicional con que termina una pieza de música
Link: www.deadoraliveinfo.com : para saber si actores, cantantes o famosos siguen vivos en la actualidad
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